¿Qué nos dejó el 2021 en materia de neurociencias?

Comenzando el 2022, es interesante mirar por unos minutos al año que se ha ido y ver qué nuevos logros y novedades nos han dejado las neurociencias.
Repasemos dichos logros sin ningún orden de relevancia:

  • Premio Nobel en Fisiología o Medicina: El día 4 de octubre, el neurobiólogo Arden Patapoutian y el bioquímico David Julius fueron los premiados con el Premio Nobel por su trabajo en temperatura, dolor y percepción por el tacto. Ambos, a través de investigaciones separadas, identificaron los receptores que permiten la percepción de la temperatura, el dolor y la presión. El descubrimiento de estos receptores y canales iónicos permiten a futuros trabajos poder desarrollar terapias y tratamientos específicos para dolores crónicos, síndromes inflamatorios neurógenos y otros dolores asociados a enfermedades como la artritis o el cáncer (1).
  • Efectos del COVID-19 sobre el cerebro: No mucho tiempo después de iniciada la pandemia se tornó evidente que existía un efecto neurológico asociado a la enfermedad. 8 de cada 10 personas hospitalizadas desarrollan síntomas neurológicos que incluyen dolor de cabeza, pérdida crónica de olfato y gusto, e incluso accidentes cerebrovasculares. Sherry Chou, profesora asociada de medicina de cuidados críticos, neurología y neurocirugía en la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh, ha realizado el mayor estudio de cohortes sobre las manifestaciones neurológicas de COVID-19 hasta el momento. El trabajo concluyó que, de 3.744 pacientes hospitalizados, el 82% presentaba síntomas neurológicos, entre los cuales se encontraban síntomas como: dolores de cabeza, perdida del gusto y/u olfato, encefalopatías agudas, y accidentes cerebrovasculares (2). Otro estudio de origen argentino (3) reveló las grandes secuelas psicológicas y psiquiátricas a raíz de la pandemia, reportando altas tasas de sintomatología ansiosa entre moderada y severa, síntomas compatibles con depresión clínica, además de fallas cognitivas, fallas atencionales y de memoria.
  • Interfaz cerebro- computadora: Este año se han visto múltiples innovaciones en el área de investigación que vincula la capacidad del cerebro de poder conectarse a una tecnología informática avanzada. Así fue el caso de un paciente paralizado del cuello hasta los pies el cual logró comunicar sus pensamientos a través de un implante cerebral que lo tradujo a texto con un 94% de exactitud, solamente por el hecho de pensar en cómo escribiría lo que quería comunicar (4); y el caso de una docente de biología no vidente que logró distinguir formas y letras con la ayuda de lentes especiales que se interconectaban con electrodos implantados en su cerebro (5).
  • Nuevos usos de inteligencia artificial para medicaciones ya existentes, como el proceso de reutilización de fármacos, en donde se estudia si fármacos ya existentes pueden ser tratamientos para enfermedades para las que no están recetados actualmente (es un proceso costoso y que demanda mucho tiempo). Científicos de la Universidad estatal de Ohio han desarrollado un método de aprendizaje computacional automático para ayudar a determinar la reutilización de fármacos, a través del uso de grandes conjuntos de datos relacionados con la atención del paciente y múltiples factores que pueden afectar la eficacia del medicamento, como la edad, el sexo y la gravedad de la enfermedad. La importancia de esta aplicación radica en poder identificar fármacos que puedan ser tratamientos para enfermedades que actualmente no poseen tratamiento alguno.
    Por supuesto que hay muchos otros descubrimientos importantes que no se han mencionado, como también muchas controversias a raíz de los mismos; por lo que debemos mirar hacia el siguiente año con expectativas sobre nuevos descubrimientos, pero siempre con un ojo crítico sobre los mismos.

Bibliografía:

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