¿En algunas personas predomina el hemisferio izquierdo del cerebro y en otros el hemisferio derecho?

¿Cuántos productos has visto que dicen funcionar porque predomina un lado de tu cerebro? ¿Has visto alguna vez esos talleres y cursos que aclaman fortalecer y desarrollar tu hemisferio creativo? Bueno, lamentamos informarte que quieren venderte un mito.
Desde hace mucho tiempo, y en los contextos más serios como la educación, hemos escuchado que nuestro hemisferio izquierdo es frío y racional, es lógico, lineal, analítico y hasta algunos han aclamado que es el hemisferio “masculino”; mientras que el cerebro derecho, cálido y difuso, es holístico, intuitivo, artístico, espontáneo, creativo y “femenino”. Más allá de que podemos decir que clasificar hemisferios por supuestas características de género sin ningún tipo de evidencia científica es altamente inmoral, la afirmación de que nuestros hemisferios tienen una personalidad delimitada no tiene ninguna evidencia científica.
Existen evidencias sustanciales de que los hemisferios difieren en sus funciones, esto ha sido demostrado en casos en donde uno de los hemisferios se lesiona y algunas funciones cognitivas se ven afectadas, mientras que otras no. Sin embargo, la evidencia más fuerte demuestra que los hemisferios están completamente conectados a través del cuerpo calloso. Esta evidencia nace de las cirugías que intervienen en la llamada lateralidad funcional (conocida como la superioridad de uno y otro hemisferio para realizar ciertas tareas), realizando una intervención de “cerebro dividido”. En la actualidad es muy poco frecuente que se realicen esta clase de cirugías, pero en palabras simples, los cirujanos cortan los nervios que unen los hemisferios izquierdo y derecho del cerebro. Los estudios posteriores con estos pacientes le valieron el premio Nobel en 1981 a Roger Sperry, quien describió como pacientes recuperados de la cirugía, que parecían normales en sus actividades diarias, pero al momento de ser sometidos a pruebas de laboratorio, resultaba evidente que las dos mitades de su cerebro trabajan en forma independiente, ambas partes operaban sin conocimiento de la otra.
Es válido aclarar que el hemisferio derecho recibe información y controla los movimientos del lateral izquierdo del cuerpo, y el hemisferio izquierdo hace lo mismo respecto al lateral derecho del cuerpo. En casi todas las personas diestras y la mayoría de las zurdas, las áreas principales de recepción y producción del lenguaje están en el hemisferio izquierdo, sin importar su dominancia manual.
Las similitudes entre los dos hemisferios son mucho más numerosas que sus diferencias cuando se trata de sus funciones. Los neurocientíficos jamás han aprobado con los autodenominados “educadores de los hemisferios” de la nueva era. Robert Ornstein fue uno de los pioneros de este mito, promoviendo la idea de que podemos usar diversos medios para explotar nuestro hemisferio “creativo” contra el “intelectual”. Desde este punto en la historia hemos terminado aquí, en el producto más ridículo que promete objetivos inclumplibles. Los “sintonizadores de cerebro” prometen armonizar o sincronizar la actividad de los hemisferios cerebrales, a través de señales de retroalimentación.
Sin embargo, una convención de expertos convocados por la Academia Nacional de Ciencias de los Estados Unidos determinó que “no se dispone de evidencias directas de que sea posible enseñar a utilizar por separado los hemisferios cerebrales”. Este panel también concluyó que la instrucción conductual tal vez podría perfeccionar diferentes estilos de aprendizaje o resolución de problemas, pero que esta mejora definitivamente no se debería a diferencias en el funcionamiento de tales hemisferios.

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